jueves

Quizás nunca lo sabré

Su mezcla de racionalidad y descontrol lograba un efecto narcótico, una perturbación encantadora en cada célula de mi cuerpo. Trataba ilusamente de adivinar sus pensamientos, mientras que envuelto en sus palabras terminaba perdiéndome en una lista interminable de preguntas que deseaba hacerle.

Nunca logre entender su proceder, mas de vez en vez acertaba en alguna de sus ideas. Y prefiero evocarla con toda la ingenuidad que la caracterizaba. Creo que parte de su encanto era ser predecible en sus manías, complejos y actuares; pero una total desconocida en el fondo de su mente retorcida. No sé si era una avecilla rara o simplemente una niña perdida, ¿quizás nunca lo sabré?.

Sólo sé que en el fondo ella me enloquecía hasta el punto de entrelazarse el amor con el odio y el dolor, tal cual como si fuera una libertad encarcelada. Tal vez por ello la quiero en cierta medida con pasión y ternura desmedida.

2 comentarios:

AV dijo...

Hola, mi nombre es Don Alvarismo y me gusta como escribes, tambien me gustó la persona que escribía hace un tiempo atrás, lo que ahora se ha transmutado en un inmenso cariño hacia su persona propia de usted. Quiero aclarar que te seguiré siguiendo y puedes seguir escribiendo porque yo acá te seguiré leyendo. Sobre este texto es bastante interesante por la sujeta que describes, creo que he encontrado varias en mi vidita.

Madeleine dijo...

Jajaja para qué te presentas si sé quién eres, que eres pastel. Bueno, bueno, me alegra que te gustara el texto y sí me imagino que haz conocido a varias personas así. Saludos loquillo.